Mancini, ¿ a qué juegas ?

No se usted, señor lector, qué haría con un plantel en el que se incluyesen jugadores del calibre de Touré, Kolarov, Silva, Nasri, Agüero, Balotelli, Tévez, Maicon y Kompany, pero yo, desde luego, lejos de querer colocarme una flor, no apostaría por una locura tal como colocar a Kolarov como volante izquierdo, por muy Real Madrid que sea el rival. No es algo que me entre en la cabeza.

El técnico italiano, otro genio como Di Matteo, no solo no aboga por el juego de toque con jugadores tan maravillosos como los que tiene, sino que desmanteló lo ( poco ) bueno que propuso en el Santiago Bernabéu y se quedó con lo malo. Un juego ramplón, sin espíritu que se ha visto completamente asfixiado en una primera media hora en la que el Madrid anotó por medio de Benzemá, pero que el resultado al descanso, por favor, no les engañe. Si les hablase de un 0-4 al término de los primeros 45 minutos no estaría exagerando lo más mínimo, al contrario, creo que estaría siendo totalmente justo.

Para mayor pitorreo, ha logrado sacar un empate por un penalty, a mi juicio, inexistente, que ha transformado el Kun Agüero, redimiéndose de dos fallos anteriores absurdos, y que ha dejado al equipo de Mou con 10, pasando a la igualdad porque jugar con Zabaleta es jugar con 10. Igualmente, el precio que podría haber pagado el Real Madrid de no haber rascado aquellos 3 puntos contra el City y el empate sobre la bocina contra el Borussia podría haber sido altísimo, ya que ante tanta diana fácil en el Etihad, el fusil se ha encasquillado de manera alarmante, lo cual justifica que el árbitro hoy no ha sido excusa porque los blancos no han hecho bien su trabajo. Y es que a pesar de tanta ocasión de gol, han pasado una hora en la que no han controlado el partido en la que no llegaban ni citizens ni madridistas.

Técnicos como Roberto Mancini, de verdad, deberían salir del fútbol. Entiendo a los puristas que hablan de que cualquier estilo es válido mientras funcione. De acuerdo, pero cuando tienes una plantilla de un talento inmenso como la del propio City, el Chelsea o el Madrid, lo intolerable es que se juegue pensando en especular de manera continua. No estamos hablando del BATE, el Cluj o el Norsjaeland, con todos los respetos, pero no entiendo como tres equipos tan grandes como cicateros hayan sido, respectivamente, campeón de Premier, de Champions y de la Liga BBVA.

Quizá el paradigma del juego rastrero sea el protagonista de Mancini, porque todavía el estilo de contras de Mou es relativamente efectivo, pero en el vocabulario de Mancini la palabra ‘talento’ no tiene cabida. Un equipo construido en torno al petrodólar, una de las plantillas más fastuosas del mundo no consigue por segundo año consecutivo clasificarse para la siguiente ronda de la máxima competición continental y que, a poco que le toque un rival de entidad en Europa League, si es que consigue el pase, puede recibir un repaso como el del año pasado.

Basta ya de equipos multimillonarios sin ideas. Basta ya de cicatería, de autobuses. Basta ya de vanidad y poca profesionalidad. Basta ya de Mancinis.