Un artículo de @JorgeRubert
Ante la gran exaltación que supusieron los fichajes de Dwight Howard y Steve Nash este verano para los aficionados púrpura y oro, se escucharon multitud de comentarios que elevaban a este equipo como favorito ‘de calle’ para el anillo, hasta uno de sus integrantes, Metta World Peace llegó a decir «Queremos batir el récord de los Bulls y hacer un registro de 73-9», lo cual les añadía además del apoyo de muchos aficionados al baloncesto, la enorme presión de hacer sombra a los Bulls del mejor jugador de la historia.
Pero este proyecto se iba a topar con uno de los entrenadores con menos reputación de la NBA, conocido como un experto defensivo y famoso por el ‘LeBron-System’ que ejecutó en su etapa en los Cavs, no muy exitosa. Continuando la poco comprensible decisión del GM de L.A. de fichar a Mike Brown, estos Lakers encadenaron una racha de ocho derrotas consecutivas, con las cuales a pesar de dar una muy mala imagen hacia los aficionados al basket, no encontraban un estilo de juego, lo que más tarde sería preludio de la destitución del entrenador.
Como se preveía, tener un quinteto inicial que ronda los 90 millones de dólares al año, supone que los Lakers no pueden contar este año con un banquillo interesante, aunque debería tomar el papel determinante Antawn Jamison, veterano anotador, escoltado por el aún por explotar Ebanks, Blake y un Jordan Hill que suele aportar cosas interesantes en sus pocos minutos de juego.
Se comenzó la temporada con un gran Kobe, que ha mejorado sus porcentajes respecto de la temporada anterior, un Gasol sin protagonismo, un Nash ausente, como Metta, y Howard a un gran nivel, aunque con el eterno problema de los tiros libres, a los que se le suman ciertos partidos en los que tiene problemas de faltas.
Estos Lakers comenzaron con una marca de 1-4, tan solo ganando a un limitado equipo como los Detroit Pistons, y además de dar una mala imagen, no encontraban su estilo de juego, a lo que se le sumaba la lesión de Nash, pero el General Manager angelino actuó rápido con la destitución de Mike Brown, llegándose a especular este acto tan solo por la famosa mirada de Kobe, la cual, creo yo, representaba el deseo de todos los aficionados del despido del entrenador.
Se intentó más tarde contratar a Phil Jackson, entrenador con más anillos de la historia, pero ya se sabía la inversión que eso iba a conllevar a la franquicia, por lo que, después de hablar el viernes 9 con él para su contratación, y su aceptación, se le informó el lunes, de que ya no les hacían falta sus servicios, ya que habían firmado al experimentado Mike D’Antoni, ex de Denver, Blazers, Suns y Knicks entre otros.
Con este giro de 180º grados y la sustitución del sistema de ataque Princeton (movimiento rápido de balón para crear espacios), los Lakers han encadenado una racha de victorias interesante, que, en mi opinión se debe más a la moral recibida por el despido de Brown, que por las tácticas ofensivas de Mike D’Antoni, ya que no ha habido tiempo material a ponerse en marcha.
Los Angeles Lakers vuelven a ser aspirantes al anillo.
Grada y Banquillo 